domingo, 28 de septiembre de 2008

a la rica iguana

No sé por qué, pero noto que me cuesta más centrarme y escribir en el blog aquí en Saigón que cuando estaba en Polonia. De momento pienso que puede ser porque estoy haciéndome (y eso que ha pasado casi un mes ya), o porque la cantidad de información y sensaciones que recibo es demasiado grande y no puedo ordenarlo todavía. Quizá porque esta ciudad se deja conocer muy poco a poco o porque una vez que sales de casa ya no entras hasta la noche y es difícil encontrar momentos para sentarse y escribir tranquilamente. Claro, el tiempo acompaña; tener calorcito a todas horas del día te invitar a estar fuera de casa muchas más horas (al menos que en gdynia), pero la razón principal es que esto es tan grande, que una vez que estás fuera te quedan cero ganas de irte a tu casa y volver de nuevo. Así que, no sé, habrá que hacerse un mini-set para poder estar horas sin volver a casa (pues, por ejemplo, cepillo de dientes, mini-desodorante, tampax, que sé yo..... lo básico e imprescindible).

Javi me ha preguntado ya varias veces por la comida y me he dado cuenta de que no he dicho ni una palabra al respecto.
Hasta el momento absolutamente ninguna queja, aunque él que me conozca también sabe que por la comida no me pillan y todavía no he estado en ningún sitio donde haya pasado hambre. Aquí se puede comer absolutamente de todo, ya sea por nacionalidades o por productos. La comida vietnamita está bastante buena, pero tengo que reconocer que la china me gustó muchísimo más. Quizá sea la forma de cocinarla, pero me parece que está un poco más sosa; no tengo quejas, la disfruto, pero hasta el momento no me ha hecho cerrar los ojos de puro gusto. En muchos sitios los menús son tan largos que te da pereza ponerte a elegir. Lo mejor es que hay mogollón de pescado, y así compenso un poco la falta que pasé en Alemania y en Polonia.
Por nacionalidades, lo que queráis: japoneses, franceses, italianos, indios.... y por precios: de todo, pero se puede calcular una media de 6 euros y quedarse harto y contento.
Lo que llama la atención: la cerveza con hielo. Pocas veces te sirven una suficientemente fría y lo arreglan metiéndote hielos en el vaso. Yo, no problem. Y para los no-alcohólicos miles de zumos naturales y batidos (sandía, pera, mango, naranja....).

El otro día nos reunimos para cenar iguana. Y es que hay un sector animado a probar platos exóticos y se decidió empezar por el animalito en cuestión. Ahí los tenían en una jaulita, junto con cobayas y otros amiguitos cuyo destino final es el mismo: la cazuela.
Bueno, y esta es la pinta que tiene (qué churruscadita, qué mona,¿eh?)





La carne, escasita, un poco dura y tirando a sosa, menos mal que la piel está quemadita y le echan especias y le da un poco más de sabor. Sobre si la iguana tiene huesos o tiene raspas hay división de opiniones. Antes de traerla, nos dieron un vaso con un líquido rojo que suponemos era la sangre; ahora, le habían puesto tanto alcohol, que podría ser cualquier cosa; sólo olerlo tiraba pa’tras.
Nivel 1 = superado; Nivel 2 = serpiente.

Ahhh, picaporte...enseguida te explico el por qué de la moda a lo michael jackson de las vietnamitas en moto.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

saigón de día

Me doy cuenta de que a penas pasaron veinte días desde que llegué y tengo la sensación de llevar dos meses. Por las mañanas cuando sales de casa, dejas el aire acondicionado, el silencio y, de repente, te ves envuelto por ruido, humo, olores, miles de pequeñas cosas que te llaman la atención y a las que no das abasto para mirar. En cuanto sales por la puerta la velocidad se triplica y la ciudad te absorbe. Empiezas a notar el calor y la humedad y una vez en el xe om entras en un río de motos que nadie puede frenar.
Y entonces, ya tampoco sabes a que hora volverás a entrar en casa.

Todavía no es posible encontrar una rutina dentro de este caos. Además, no estoy en mi casa definitiva y ni siquiera han comenzado todos los cursos de español. Cada vez veo más necesario tener una moto, me hago una idea de la libertad que supone. Pero ¿cómo?, todavía no me imagino sola en medio de la locura.
Supongo que todo se andará...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

la fenetre

A pie de calle hay una entrada que se podría pasar por alto si no estás atento o buscando intencionadamente el lugar. Cuando decides entrar pensando que las escaleras te llevarán a unos baños públicos y consigues llegar al segundo piso, te lo encuentras:

Ayer cuando entré me pregunté si éste podría convertirse en mi bar de Saigón. Al fin y al cabo llevo 15 días aquí y todavía no tengo ni gimnasio ni bar y eso no es muy propio de mí. Además, el nombre parece buen candidato a formar parte de la lista de “el bar de la esquina”: recordemos “desdemona” o “la hormiga”. Aunque claro aquí la distancia de la casa a la esquina se mide de otra manera.

martes, 16 de septiembre de 2008

2º mudanza

...y no es la definitiva. Resulta que Dani se va un mes a España y su apartamento se queda libre. Él había oído hablar de mi toque de queda, de mi habitación-karaoke, de mi no conexión a internet y de que tengo que esperar un mes hasta que mi habitación se quede libre, así que muy amablemente me deja su casita. Creo que está bastante lejos del centro, pero tengo todo lo que necesito y más.
Así que ya estoy con las maletas a cuestas. Me he despedido de las señoras de mi casa, que cuando me han visto con las maletas no sabían de que iba la historia y al final lo hemos resumido en “you, bye bye?” y yo: “sí, sí, yo bye bye”.
Me despido del lugar con una fotito, la vista desde mi ya ex–habitación, que muestra un poco las viviendas vietnamitas (de buen barrio). Sigue el monzón, lo veis, ¿no?



sábado, 13 de septiembre de 2008

ya lo voy pillando

en los últimos días ha habido un poco más de movimiento. De entrada, parece que ya tengo habitación y no sólo en el distrito 3, sino que también está a 3 minutos a pie de mi universidad. Una estupenda casualidad en una ciudad tan monstruosa.
El otro día conocí a Rocío, que fue quien me llevó hasta esta casa. Ella va a ocupar una de las habitaciones y yo la otra (aunque todavía debo esperar un mes para mudarme). Es una casa típica vietnamita, o sea, estrechita y de tres pisos. A las casas vietnamitas se entra como si entraras por el garaje y nunca mejor dicho porque en esa misma planta se dejan las motos y, a la vez, encuentras la cocina y una parte que hace de salón. En los otros pisos, dos habitaciones por planta (y algunas en el cuarto piso tienen terracitas).
Para celebrarlo acabamos Xavi, Rocío y yo yéndonos de cenita. Los tres en la misma moto (Xavi está hecho todo un xe om), en plan vietnamita, que para eso estamos aquí y, encima, comiéndonos todo el aguacero. Muy divertido.

Al día siguiente, me salté el toque de queda de mi casa y me fui a dormir a casa de Santi. Y creo que cuando eso ocurre, la hora de llegada siempre es una incógnita. Lo bueno de la noche es la temperatura que hace, es una gozada el calorcito. Pero lo mejor de la otra noche llegó a eso de las 6 cuando fue amaneciendo y se ve, que casi de un momento para otro, la ciudad se convierte en un hervidero. Salen motos, bicis, gente y coches de y por todas partes. Me pareció un momento con un poco de magia y si te has bebido unas cuantas cervezas y estás sin dormir pues supongo que un poco más. La madrugada acabó con un pho a la puerta de casa. Por fin, después de varios días consigo comerme esta sopa tan típica y tan rica.


martes, 9 de septiembre de 2008

vietnamese design

no he podido evitar la tentación de enseñaros mi habitación actual porque no tiene desperdicio. He hecho un vídeo de aficionada; lo siento por la calidad, además, está un poco oscuro porque lo grabé de noche para que apreciarais esas maravillosas luces.

La casa pertenece al hermano del rector de la universidad y es peor que un internado. Hay toque de queda: las 11 de la noche y las visitas no son bienvenidas. La cocina no la podemos usar porque alguien la lió el año pasado y lo peor: no hay conexión a internet. Uy, se me olvidaba, tampoco hay aire acondicionado y de momento sobrevivo con un ventilador. Por lo tanto, la idea de quedarme en este lugar no es viable y ahora ando en busca de alojamiento (una tarea un pelín complicada).

Sabiendo esto y viendo la decoración de la habitación hay cosas que no me cuadran :

  • ¿por qué las sillas y sillones rodean la cama?
  • ¿cuál es la función de ese aire discotequero cutre?
  • ¿a quién le sirvo las copas desde esa barra de bar?
  • ¿por qué han colocado un armario justo a la entrada de la barra del bar?
  • ¿esa guitarra/-s sirve para darle un aire español al lugar?
  • ¿puede considerarse que esas luces verde y morada dan glamour?

A parte de todo esto, tengo que comentar que no duermo sola. Por las noches aparece una cucaracha que recorre la habitación y que no he sido capaz de eliminar. Uno, porque es enorme y dos, porque si echáramos una carrera me ganaría sin duda alguna (la hija de puta). Así que hemos llegado a un acuerdo: yo la dejo corretear por el lugar siempre y cuando no suba a la cama. En ese caso la extermino.

Ayer conocí a Harry, el inglés que vive en el 1º piso. Es un chaval inglés muy jovencito. Nos fuimos a cenar por nuestra zona y joder, primer plato extraño que me meto al cuerpo. Parece que mi organismo lo ha digerido bien, así que de momento no hay problemas intestinales a la vista.

lunes, 8 de septiembre de 2008

pokito a poco

lo peor de haber llegado a una ciudad de este tipo es el sentimiento de poca autonomía. De repente he perdido toda la soltura y la facilidad para hacerme con un sitio nuevo. La ciudad se hace demasiado grande, caótica y difícil; de entrada me he visto incapaz de orientarme y parece como que no puedes valerte por ti mismo.
El proceso de adaptación a un sitio como éste no se parece en nada a lo que haya hecho con anterioridad y la verdad es que es bastante duro. La primera semana ha sido extraña:
1) el clima: al contrario de lo que yo pensaba, no ha sido el calor lo que más me ha molestado; se puede llevar, al menos, hasta ahora. Sí es cierto que hay mucha humedad y se nota. A ratos te encuentras sudando como un pollo, pero de momento suele llover una vez al día y entonces se está bien. Lo que he visto imprescindible es tener aire acondicionado en casa. Ahora en mi residencia no hay y estoy con un ventilador día y noche, si no es una tortura.

2) el horario: todavía ni me entero. Yo sigo el mío porque no tengo nada que hacer y me lo puedo permitir. Estos días ha sido un caos; quizá el jet lag, los nervios...no sé, o todo junto. El caso es que me cuesta un poco dormir por la noche, luego me dormía durante el día, como cuando tengo hambre (o se me olvida comer, como el otro día que me fui sola a la uni y estaba tan nerviosa que se me olvidó). En fin, tampoco es un problema de momento.
Las 5 horas de diferencia con España me tienen un poco perdida. Supongo que es cuestión de tiempo.

3) El tráfico: esto sí que puede conmigo de momento. Millones de motos, bicis y unos cuantos coches invadiendo todas las calles, por todas partes, a todas horas. Sólo de pensar que tengo que salir a la calle me entran los 7 males. Hasta ayer me movía en taxi, pero he decidido que ya no puede ser. Así que hoy, por 1º vez, he llamado a un xe om, son las moto-taxi (más baratas, más rápidas) y la verdad es que se ve todo de otra manera. Pensé que me iba a cagar de miedo, pero no...lo he visto todo más fácil desde la moto (eso sí, de paquete). De repente, parece como que tuvieran un orden dentro de su caos. Es increíble ver que no se chocan...es flipante. Visto desde fuera, parece que fueran a morir 200 personas por calle, pero no...de alguna manera, esto funciona.
Ahora, lo de manejar mi propia moto está por ver...y el caso es que es algo que parece imprescindible para conseguir más autonomía.

4) Los comercios: no me entero. No sé donde comprar, ni qué comprar. Menos mal que vine con casi todo lo imprescindible para los primeros días.

5) La comunicación: nula. Ni siquiera por señas. Madre mía, madre mía....es desesperante. Además te dicen a todo que sí y se quedan tan panchos. Hasta que te das cuenta de que no se han enterado de ná.

6) Los extranjeros: hasta ahora he conocido a bastantes españoles y me parece gente muy maja. Hasta el momento, lo mejor.

7) la ciudad: me sigue pareciendo un agujero negro. No tiene nada interesante que ver, es fea de cojon.... Cuando vengáis a verme, os daré una vuelta para que entendáis mi sufrimiento y fuera de aquí.

La 2º semana empieza mejor... estoy más tranquila, más contenta.

viernes, 5 de septiembre de 2008

por partes


Tengo que organizarme porque a este paso no escribo hasta dentro de un mes, pero que sepáis que no consigo centrarme, sigo medio empanada, no me hago a esto...así que he decidido ir por partes.
Esta ciudad es inmensa; me río de los 8 millones de habitantes que había leído que tiene. Cuando llegábamos, desde el avión, la ciudad no tenía fin. Estuvimos sobrevolándola 5 minutos y eso no se acababa nunca. He preguntado y me dicen que parece haber censados 14 millones, pero que probablemente vivan unos 20. Sin embargo, estas cifras siguen sin estar confirmadas, son estimaciones....pero ahora que estoy dentro me cuadran más que las que había leído.
La ciudad no tiene edificios altos, así que tratad de imaginar la extensión... En el centro hay alguno, pero nada que ver con otras ciudades asiáticas de estas dimensiones.

Bueno, hablando en plata, esta ciudad a priori me parece un agujero negro.

En cuanto al tráfico, ninguna sorpresa después de haber visto los vídeos de youtube. Eso sí, todavía no me he montado en moto, he ido sólo en taxi y a patita y ya me he acojonado un poco cruzando las calles. Y encima iba con santi, que yo me agarraba a su brazo y pensaba: mira, que sea lo que dios quiera.
Pero el próximo día me quiero patear el centro y alrededores para ir conociéndolo y me llevaré la camarita para enseñároslo. Pero vamos, me parece que la clave es tener cuidado con los coches (que no les gusta parar), cruzar al mismo ritmo y dejar que las motos te esquiven.
Llevo un par de noches durmiendo en casa de Santi. Está en el distrito 7, a unos 20 minutos en moto del centro (distrito 1) y probablemente en dos días me marcharé a mi residencia (creo que distrito 3). Esta es la calle del barrio de santi, para que os hagáis una idea.




A ver si me voy centrando, consigo conexión 24 horas a internet y ordeno las ideas y las emociones porque, de momento, me pueden y ayer que estuve con insomnio me dio por pensar cualquier cosa.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

gooooooooood............

Son las 14:00 horas, me acabo de levantar. Ya estoy medio recuperada del viaje, durante el cual no dormí apenas...aunque ando un poco empanada, la verdad.

Hace calor....hace calor y humedad. Se nota nada más salir del aeropuerto. El aire pesa, cuesta un poco más respirar. Llegamos a las 19:00, era noche cerrada, 26 grados.

Rosa y Pats estuvieron conmigo en el aeropuerto aguantando mi principio de crisis nerviosa cuando me dijeron que no podía coger el avión porque sólo tenía billete de ida y ningún documento que probara que vengo a trabajar. Gracias a la eficiencia de mi madre, en menos de 10 minutos estaba llegando un fax a la oficina de Qatar con mi certificado de lector. Pufffff.... y vamos pa'dentro. Pero que sepáis que cuando estábamos en la cola del embarque, el tío nos hace una señal en plan "venid pa'cá vosotros dos" (que yo pensaba: ayayay, que me quedo en tierra y donde están Rosa y Pats para ayudarme). Bueno, pues chicas, al final tuve que firmar el papel de mi posible deportación (al módico precio de 2500 euros) una vez llegada a Saigón.....Aayyyy, pero ya estoy dentro!! Ningún problema en el aeropuerto de aquí, creo que sólo era una movida de la compañía aérea.

Ahora llueve, pero sigue haciendo calor. Estoy en el pacharán (tapas&taberna) :), tomando un café, mirando la calle...estoy un poco en shock todavía y casi no puedo contar nada más. Necesito un pelín más de tiempo para organizar el bombardeo de ideas.

Pero ya estoy aquí. Ya he llegado................good morning Vietnam!!!!