domingo, 2 de noviembre de 2008

el agradable síndrome de Stendhal

....... es una contradicción utilizar un título así en una ciudad como esta.
De entrada, no tiene absolutamente ningún sentido, pero sorprende que pueda pasar....
cerca de casa, al lado del río hay un pequeño recinto que recoge varios restaurantes, spa y un hotel (reducto de occidentales) que provoca este agradable síndrome. La luz, el silencio, el estilo...
¿nos hubiera causado la misma sensación el descubrirlo si hubiéramos estado en otro país o en otra ciudad?
En realidad, si lo piensas (y esto va para dani que me acompañaba y que lo sentía al mismo tiempo que yo), sentirse de esta manera ante un escenario que no tiene nada de artístico esconde muchos mensajes. Pero paso, no pienso hacer un análisis de ellos, he decidido quedarme sólo con la sensación y nada más.
Eso sí, te propongo algo: cuando acabe nuestra aventura por estas tierras deberíamos ir a Florencia. Yo quiero sentir ese síndrome con toda su fuerza (y así ya no podré decir nunca más que soy anti-drogas; por fin, meterme una en vena, pero de esta manera).
Visto lo visto y sabiendo que cumplo el perfil me iré preparando para la respiración elevada, la sensación de vértigo y de confusión.
Recuerdo un amago de estos síntomas hace tiempo.....entrando a Dubrovnik.
¡Qué agradable!
  • mañana mudanza. ¡¡¡Por fin, una casa!!!

miércoles, 22 de octubre de 2008

buscando un hogar...

Sí, llevo varios días desaparecida, es cierto. Y además no tengo noticias casi de nadie desde ningún lado. Llevo no sé cuantos días sin hablar con mi madre o mi hermana (¿me seguís queriendo?...supongo que sí).
El caso es que ando en busca de casa porque he cambiado algún plan estos últimos días. He decidido no esperar hasta que se quede mi habitación libre en diciembre y me he puesto en marcha con Marina y el Corbi (la otra lectora y señor) a la búsqueda de casa. Digamos que hace varios días me levanté y lo vi muy claro, y esta decisión no sólo me ha dejado más tranquila, sino que también me siento como más feliz, oye!!

Bueno, relativamente feliz. Sólo llevamos cuatro días buscando, pero como la lección de la paciencia no he acabado de aprenderla, pues de vez en cuando tengo una crisis de "vaya mierda todo".
He de decir que hemos encontrado LA casa, pero se nos sale del presupuesto y la perra de la dueña no quiere negociar. En fin, el resultado final espero poder contarlo dentro de poco y así no os mareo con mis idas y venidas.

Recordáis la foto que colgué enseñando las vistas desde mi residencia. Pues así son las casas (más o menos decentes) que se encuentran por aquí. Estrechas, alargadas y de varias plantas. Uno de los problemas que tienen es que la parte del fondo suele tener poca luz (o ninguna). Por ejemplo, la primera planta sirve por este orden según entras: de garaje (para dejar la moto), de salón y de cocina. La entrada suele ser como una puerta de garaje, así que claro, imaginaos que agradable: tomándote un cafecito con tres motos delante de tus narices. Este es el primer punto que queremos evitar.
El segundo, y no menos importante, es un requisito fundamental que tenemos: la cocina y los baños tienen que estar decentes. Y es que se ve cada cosa por ahí, que mejor ni la cuento.
Y tercero, que tenga luz y espacio. Que las habitaciones no den a paredones y que quepa algo más que una cama.

Hasta el momento y visto lo visto he sacado más conclusiones: los vietnamitas son unos horteras de mucho cuidado, tienen cada cosa y cada mueble y cada color en casa que es para flipar. Y de verdad, si le echo la culpa al comunismo por el horror de la arquitectura, no sé a quien echársela por el mal gusto este. A ver si hago un par de fotos a los muebles que tienen por aquí y a esos maravillosos templitos que colocan en cada salón como con luces de navidad, porque no tienen desperdicio.
En fin, que hemos decidido también que si la casa está vacía pues más bien que bien. Yo me deprimo si tengo que ver todos los días estas cosas tan feas. Esto es contaminación visual.

martes, 14 de octubre de 2008

paseando a miss daisy

por fin un lugar en Vietnam sin gente, sin motos, sin ruido... Hace falta coger una barca y meterse en el delta del Mekong para encontrarlo.
Al principio parecía imposible. Fuimos en barco desde Saigón a Can Tho, que es el pueblo/ciudad más grande de esta zona, y el trayecto nos llevó poco más de 3 horas. Desde luego que fue un acierto acercarse hasta allí en barco y no en autobús (otro viaje “tortura” de 5 horas para recorrer apenas 200 kilómetros: me niego).
El pueblo en sí no es que tenga mucho encanto. Por lo visto hasta ahora puedo decir que la arquitectura de estos pueblos o ciudades es bastante fea y me pregunto todo el rato de quién es la culpa: y mi conclusión de momento es que el comunismo ha hecho mucho daño estético. Polonia también es muy fea, a excepción de las zonas que sobrevivieron a la guerra, y que son anteriores a la época comunista. Después, todo feo, gris, sin gusto...joder, es un crimen.


El sábado estuvimos dando vueltas con la moto, visitando alguna pagoda (budista), el mercado (este sí me pareció interesante)...pero sobretodo intentamos buscar el campo. Queríamos salir de la ciudad y encontrar los famosos arrozales, no sé, algo de naturaleza, carreteras secundarias, vacías, donde se pudiera ver ese paisaje vietnamita que tengo en la cabeza y que todavía no he encontrado. ¡Misión imposible!
Decidimos volver al centro y darnos un homenaje en la terraza de un bonito restaurante de estilo colonial (¡sí!). Los fines de semana fuera de Saigón sientan muy bien...

Uno de los puntos fuertes que ofrece este sitio son las visitas a los mercados flotantes del Mekong, pero para ver eso hay que pegarse un pedazo madrugón. Así que, ahí estábamos Sebas y yo, desayunando a las 6 de la mañana el domingo. Nuestra barquita salía a y media del puerto y nos esperaban unas 5 horas de ruta por diferentes brazos de este río. Muy curioso ver esas barcas, unas con fruta, otras con arroz, telas, verduras...todas juntitas...y nosotros metidos en todo el meollo.



La verdad es que era una escena muy curiosa; pero para mí, lo mejor sin duda, fue cuando desaparecimos por otras zonas donde estábamos solos: la señora que conducía la barquita y nosotros. A los lados, por fin, solo vegetación; de vez en cuando, alguna casa perdida....puentes cada vez más pequeños que nos decían que nos alejábamos de la civilización: perfecto. Y en ese momento, me di cuenta de que realmente estaba en Vietnam.



jueves, 9 de octubre de 2008

rutinas, detalles, teorías y demás pequeñas cosas

Más rápido que despacio pasan los días y aunque tengo la sensación de que nada sucede, las cosas se colocan sin hacer ruido.
El hecho de haber encontrado un gimnasio me da la señal que necesito para sentir que la ciudad deja de ir resistiéndoseme. Poco a poco también voy descubriendo rincones del distrito 3 – futuro hogar (*información de última hora: la que iba a ser mi habitación ya no lo es. El inquilino ha decidido quedarse, así que he de esperar a que María se vaya para meterme en su habitación que es la que yo quería desde un principio. Hay un problemilla ná más: se va el 20 de diciembre. Osease, que ahora tengo que pensar que hago hasta entonces).
Por otro lado, cruzo los dedos para que los cursos de la uni se vayan organizando y fijando. De momento parece que cada día tienen una idea nueva y la verdad es que tocan bastante la moral. Como no quiero calentarme voy a evitar el tema por ahora. Nuestra prometida mesa dentro del departamento de profesores extranjeros está todavía por ver y la asistenta tiene una empanada que no puede con ella.
Resumiendo, que este tema queda en puntos suspensivos....vamos, como el de la casa.
¿Cómo puedo uno centrarse en estas circunstancias? ... Y yo luchando por esa maravillosa rutina y aquí que no me dejan!!!!

Mis clases con Hoang Ha (o maría) continúan y a raíz de su comportamiento voy elaborando una teoría. Ya he contado a alguien en alguna ocasión que en este país tu pides X, ellos te dan Y, tú les dices que querías X, ellos sonríen y te dicen que sí y al final acabas aceptando Y. Bueno, pues con maría pasa algo así.
De entrada ya hemos empezado a quedar en el lugar que ella había propuesto y ayer, que me quería ir al final de la clase, ella me recuerda unos dulces de los que habíamos hablado la clase anterior. Mmm (asiento), lo recuerdo, y me dice: pues vamos; y yo le digo: ya, pero es que he quedado en un rato (mentira) y ella me dice: sí, sí, pues vamos ahora. Y no sé cómo, allí que estaba yo, delante de unas bolas blancas (de algo que venía de un arroz especial), con puré de judías blancas por dentro flotando en un agüilla dulce con leche de coco y semillas de sésamo. ¡Sabor interesante donde los haya, he de decir! Aah, y un refresco también con judías, pero verdes, que yo bebía y ella me decía: pero cómete también las judías J (cómetelas tú, no te digo). ¡Otro sabor interesante!
Luego tiré para el centro. Yo quería ir a pie, pero al final cogí el autobús por "sugerencia" (por supuesto) de maría.

¿Cómo funcionan las normas de cortesía aquí? Esta sería una interesante pregunta de investigación; claro que habría que acotarla un poco. Ahora: ¿sería viable? ¿cuánto tiempo habría que invertir en ella? ¿a cuánta gente le interesa a parte de a mí? No lo veo claro. Bueno, como todo el proceso del DEA, que todavía no lo veo claro.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Nha Trang

Conocida como la capital playera de Vietnam, supuestamente el benidorm de por aquí...aunque salvando mucho las distancias. Esta ciudad relativamente pequeña está como a unos 450 km de Saigón, que se recorren en aproximadamente en 10 horas si vas en autobús.


Nosotros nos quedamos sin billetes de tren y ese fue nuestro medio de transporte y sinceramente: es criminal. Las literas son relativamente estrechas y aunque tienen un pase no es fácil dormir ahí. Entre los baches, los frenazos, las luces y los bocinazos no hay quien pegue ojo. Marina y yo que estábamos tumbadas en primera fila lo vimos con nuestros ojitos. Yo me tragué dos maniobras de esas que prefieres no haber visto nunca y marina me miraba y me decía bajito: creo que el choque frontal es inminente. Mi cinturón de seguridad estaba roto, pero yo me hice dos nudos como pude por si acaso podían servir para algo, nunca se sabe.

La verdad es que se agradece mucho salir del agujero de Saigón. Nha Trang es mucho más tranquila, se puede pasear por las calles, no hay tantas motos y por eso mismo no hay tanto ruido; es mucho más apacible. Aunque sea la ciudad turística de Vietnam se está bien. Allí pasamos el sábado en una playita de las afueras, donde la mayoría eran vietnamitas y no turistas (la mayoría no significa que hubiera muchos, la playa estaba casi vacía). Pasamos el día en uno de los poco chiringuitos que hay allí, bebiendo cerveza, metiéndonos en el agua, dando cabezadas para recuperar el sueño perdido en el viaje, comiendo pescaíto...un lujo, la verdad. Además, el agua está muy calentita y no da nada de impresión meterse. ¡Qué gusto después de un mes de ciudad!



La noche fue igualmente tranquila, una vez que regresamos a la ciudad. Estuvimos en un par de locales un poco más turísticos para compensar; cenita, un par de copas...bueno, esas cosas, ya sabéis. Domingo de compras y playa de nuevo, paseítos, charlas, risas...en fin, que muy bien. Recargar pilas, coger aire. Nos faltó dar una vuelta en barco por las islas de alrededor, pero otro fin de semana será. Aquí os dejo una foto de la otra cara de esta ciudad. La foto de arriba es en la playa de las afueras y esta de aquí abajo es el chiringuito del Sailing Club en la playa de la ciudad. En los dos la mar de bien :)




Corto, pero genial. Si hay que sobrevivir a Saigón tiene que ser de esta manera.

viernes, 3 de octubre de 2008

Xin chào. Khỏe không? Bạn đến từ Châu Âu hả?

Y me quejaba cuando estaba en Polonia... creo que en algún momento dije que el polaco más que un idioma era una posesión infernal y realmente lo pensaba entonces, pero mira por donde, ahora lo veo un poquito de otra manera. Y es que el refranero español es muy sabio y me dice “otro vendrá que bueno te hará” y de repente los polacos empiezan a parecerme mucho más atractivos que antes y empiezo a cogerle el gusto a su idioma.
De todas formas, esta progresión que empiezo a tener de hombres cada vez menos atractivos e idiomas cada vez más chungos... no sé exactamente hacia donde me lleva.
El otro día fue mi segunda clase de vietnamita y todavía no sé exactamente hasta cuando lo voy a soportar. Mira que tengo un cielo de profe (que es alumna mía) y antes de la clase ahí voy yo con mi librito y mi cuadernito, toda dispuesta y animada, derrochando interés y motivación (que no se diga que una no da ejemplo)....pero coño, no han pasado más de 15 minutos y a mí lo que me apetece es jurar y cagarme en la madre del que inventó esto. Vamos a ver, reflexionemos:

1) está demostrado con el español que 5 vocales son más que suficientes para crear un idioma elegante, completo, agradable.....
Como soy tolerante puedo permitir que se le añadan dos más para hacer la gracia, pero doce NO. Esto es una aberración; un idioma no debería poder tener 12 vocales. Esto ya no es una gracia, es una putada.


2) claro que esto no acaba aquí. Pasas la página de ese libro de vietnamita para extranjeros (totalmente comunicativo y enfocado por tareas) y te ves una lista de, yo que sé, 48 diptongos...que yo pienso: vale, de puta madre, se han dedicado a hacer posibles combinaciones con sus doce vocales y a algunos les han cambiado un poco el tono. Pero vamos a ver: si casi no noto la diferencia entre vocales, vosotros pensáis que voy a pillar los diptongos.


3) Pero no les pareció suficiente y entonces alguien dijo: hostias, que os parece si además le ponemos tonos. Y dijo otro: coño, de puta madre, ¿no? Venga ponemos un tono llano, uno ascendente, uno descendente, uno profundo, uno profundo (pero no tan bajo, ¿ein?) y uno bajo. Pero ahí no acaba la historia porque debía haber un tercero que lo remató: tío, tío, tío...hacemos que haya palabras con tonos y que tengan un significado diferente por tono y, además, que los significados no tengan nada que ver:
Ma (fantasma), Má (mejilla), Mà (cuàl), Mả (tumba), Mạ (semilla de arroz), M~a (caballo, pero la línea va encima de la a). Pero hijo de puta ...haz que por lo menos sean familias de palabras: pan, pandero, panadería...que si lo dices mal puedan pillar al menos de que estás hablando.


¿Y qué han conseguido? Pues han conseguido tener un idioma que suena a maullido de gato; por listos.


Conclusión: la motivación desciende de cien a cero cuando solo han pasado 5 minutos de clase, pero como acabamos de llegar pues todavía tenemos el sentimiento este de “ya lo pillaré, hombre, ya lo pillaré”.

Aquí Hoang Ha (o María que es el nombre español que ha elegido) con la pose de foto típica vietnamita en un restaurante donde repuse fuerzas tras la clase.

domingo, 28 de septiembre de 2008

a la rica iguana

No sé por qué, pero noto que me cuesta más centrarme y escribir en el blog aquí en Saigón que cuando estaba en Polonia. De momento pienso que puede ser porque estoy haciéndome (y eso que ha pasado casi un mes ya), o porque la cantidad de información y sensaciones que recibo es demasiado grande y no puedo ordenarlo todavía. Quizá porque esta ciudad se deja conocer muy poco a poco o porque una vez que sales de casa ya no entras hasta la noche y es difícil encontrar momentos para sentarse y escribir tranquilamente. Claro, el tiempo acompaña; tener calorcito a todas horas del día te invitar a estar fuera de casa muchas más horas (al menos que en gdynia), pero la razón principal es que esto es tan grande, que una vez que estás fuera te quedan cero ganas de irte a tu casa y volver de nuevo. Así que, no sé, habrá que hacerse un mini-set para poder estar horas sin volver a casa (pues, por ejemplo, cepillo de dientes, mini-desodorante, tampax, que sé yo..... lo básico e imprescindible).

Javi me ha preguntado ya varias veces por la comida y me he dado cuenta de que no he dicho ni una palabra al respecto.
Hasta el momento absolutamente ninguna queja, aunque él que me conozca también sabe que por la comida no me pillan y todavía no he estado en ningún sitio donde haya pasado hambre. Aquí se puede comer absolutamente de todo, ya sea por nacionalidades o por productos. La comida vietnamita está bastante buena, pero tengo que reconocer que la china me gustó muchísimo más. Quizá sea la forma de cocinarla, pero me parece que está un poco más sosa; no tengo quejas, la disfruto, pero hasta el momento no me ha hecho cerrar los ojos de puro gusto. En muchos sitios los menús son tan largos que te da pereza ponerte a elegir. Lo mejor es que hay mogollón de pescado, y así compenso un poco la falta que pasé en Alemania y en Polonia.
Por nacionalidades, lo que queráis: japoneses, franceses, italianos, indios.... y por precios: de todo, pero se puede calcular una media de 6 euros y quedarse harto y contento.
Lo que llama la atención: la cerveza con hielo. Pocas veces te sirven una suficientemente fría y lo arreglan metiéndote hielos en el vaso. Yo, no problem. Y para los no-alcohólicos miles de zumos naturales y batidos (sandía, pera, mango, naranja....).

El otro día nos reunimos para cenar iguana. Y es que hay un sector animado a probar platos exóticos y se decidió empezar por el animalito en cuestión. Ahí los tenían en una jaulita, junto con cobayas y otros amiguitos cuyo destino final es el mismo: la cazuela.
Bueno, y esta es la pinta que tiene (qué churruscadita, qué mona,¿eh?)





La carne, escasita, un poco dura y tirando a sosa, menos mal que la piel está quemadita y le echan especias y le da un poco más de sabor. Sobre si la iguana tiene huesos o tiene raspas hay división de opiniones. Antes de traerla, nos dieron un vaso con un líquido rojo que suponemos era la sangre; ahora, le habían puesto tanto alcohol, que podría ser cualquier cosa; sólo olerlo tiraba pa’tras.
Nivel 1 = superado; Nivel 2 = serpiente.

Ahhh, picaporte...enseguida te explico el por qué de la moda a lo michael jackson de las vietnamitas en moto.