Y me quejaba cuando estaba en Polonia... creo que en algún momento dije que el polaco más que un idioma era una posesión infernal y realmente lo pensaba entonces, pero mira por donde, ahora lo veo un poquito de otra manera. Y es que el refranero español es muy sabio y me dice “otro vendrá que bueno te hará” y de repente los polacos empiezan a parecerme mucho más atractivos que antes y empiezo a cogerle el gusto a su idioma.
De todas formas, esta progresión que empiezo a tener de hombres cada vez menos atractivos e idiomas cada vez más chungos... no sé exactamente hacia donde me lleva.
El otro día fue mi segunda clase de vietnamita y todavía no sé exactamente hasta cuando lo voy a soportar. Mira que tengo un cielo de profe (que es alumna mía) y antes de la clase ahí voy yo con mi librito y mi cuadernito, toda dispuesta y animada, derrochando interés y motivación (que no se diga que una no da ejemplo)....pero coño, no han pasado más de 15 minutos y a mí lo que me apetece es jurar y cagarme en la madre del que inventó esto. Vamos a ver, reflexionemos:
1) está demostrado con el español que 5 vocales son más que suficientes para crear un idioma elegante, completo, agradable.....
Como soy tolerante puedo permitir que se le añadan dos más para hacer la gracia, pero doce NO. Esto es una aberración; un idioma no debería poder tener 12 vocales. Esto ya no es una gracia, es una putada.
2) claro que esto no acaba aquí. Pasas la página de ese libro de vietnamita para extranjeros (totalmente comunicativo y enfocado por tareas) y te ves una lista de, yo que sé, 48 diptongos...que yo pienso: vale, de puta madre, se han dedicado a hacer posibles combinaciones con sus doce vocales y a algunos les han cambiado un poco el tono. Pero vamos a ver: si casi no noto la diferencia entre vocales, vosotros pensáis que voy a pillar los diptongos.
3) Pero no les pareció suficiente y entonces alguien dijo: hostias, que os parece si además le ponemos tonos. Y dijo otro: coño, de puta madre, ¿no? Venga ponemos un tono llano, uno ascendente, uno descendente, uno profundo, uno profundo (pero no tan bajo, ¿ein?) y uno bajo. Pero ahí no acaba la historia porque debía haber un tercero que lo remató: tío, tío, tío...hacemos que haya palabras con tonos y que tengan un significado diferente por tono y, además, que los significados no tengan nada que ver:
Ma (fantasma), Má (mejilla), Mà (cuàl), Mả (tumba), Mạ (semilla de arroz), M~a (caballo, pero la línea va encima de la a). Pero hijo de puta ...haz que por lo menos sean familias de palabras: pan, pandero, panadería...que si lo dices mal puedan pillar al menos de que estás hablando.
¿Y qué han conseguido? Pues han conseguido tener un idioma que suena a maullido de gato; por listos.
Conclusión: la motivación desciende de cien a cero cuando solo han pasado 5 minutos de clase, pero como acabamos de llegar pues todavía tenemos el sentimiento este de “ya lo pillaré, hombre, ya lo pillaré”.
Aquí Hoang Ha (o María que es el nombre español que ha elegido) con la pose de foto típica vietnamita en un restaurante donde repuse fuerzas tras la clase.